Juro que es la primera
vez que le digo esto a un hombre y, lo peor, ¡a uno tan feo!, pero… ¡no aguanto
más! Hoy salgo del clóset gritando y por la calle del medio: ¡Te amo, Ramos
Allup! ¡Te amo!
Ojo, esto no es un
ataque de mariquera senil. No. Se trata de que Ramos Allup es el propio, se ha
convertido en una especie de demonio de Tazmania que ataca a los diablos rojos.
Yo sé que en ambas
partes esto va a traer cola, pero ya es hora de que todos los venezolanos
digamos las cosas claras y sin miedo.