El pasado 20 de mayo,
conmemoramos 62 años de la despedida de este mundo, de un demócrata que tocó
las fibras del pueblo adeco de la clandestinidad, bajo el terror de la lucha
durante el régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. Un cáncer se lo
llevaría, después de un largo padecimiento tras las rejas en la Penitenciaría
General de Venezuela, en San Juan de Los Morros.
El trabajo oculto y la
organización de la actividad política en 1953, impedía el “vedetismo” al que
solemos asistir en el momento actual de la patria. En aquéllos tiempos, ni
redes sociales ni “community managers”, dirigían la escena política nacional.
El medio de lucha implicaba, el contacto directo y el estímulo a los conciudadanos,
a los demócratas que vivían el constante terror de la “violencia de Estado”
ejercida por la dictadura perezjimenista.