Seguramente acerté con lo que escribí en “Mambrú se va a la guerra” (ENPaís
22-03-2015), como para haber desatado por igual críticas del Presidente
Maduro y del sector mínimo de la oposición que persiste en calistenias
inútiles y salidas imaginarias. Tales cosas suelen ocurrir cuando uno
dice verdades incómodas por las que, insólitamente, se deba pedir
excusas. Si eso conforta a los ofendidos, pido perdón a todos en esta
oportunidad propicia para quienes somos católicos practicantes. Si el
Santo Padre en señal de humildad lava cada año los pies de doce personas
sin reparar en diferencias de religión, sexo, edad o condición social
(ancianos, mendigos, lisiados, presos), en conmemoración de lo que hizo
Cristo con sus apóstoles en la cena precedente a la Crucifixión, ¿cómo
uno no ha de pedir perdón por ofensas aunque fuesen imaginarias?
El compromiso más inminente (de
fecha aún no determinada) que debe encarar la oposición, es el de las
elecciones parlamentarias. Como expresamos en numerosas oportunidades,
por encima de todos los escollos, no pocos de ellos estimulados desde el
régimen, la MUD logrará una alianza perfecta en todas las listas y
circuitos para presentar los mismos candidatos, en medio de la crítica
cautelar de uno que otro factor que forma pragmáticamente parte de ella a
beneficio de inventario, es decir, sólo en lo que se favorezca.
El método combinado de primarias y
consensos para alcanzar la alianza perfecta, aunque haya sido sometido a
críticas unas de muy buena fe y otras de pésima, producirá resultados y
eso es lo que cuenta. Ningún método de selección hubiese estado a salvo
de ellas. Ninguno era perfecto. Ninguno podía emitir certificado de
garantía para asegurar candidatos óptimos ni triunfos en la contienda
contra el gobierno. Así como de terceros no aspirantes, las quejas
provienen principalmente de quienes querían ser candidatos por creer que
tenían suficientes credenciales y no resultaron favorecidos. Igual
pudieron resultar excluidos en primarias y siempre hubiesen mantenido su
disgusto. Entre incluidos y excluidos habrá, no lo dudo, quienes
merecían estar y no estarán y quienes no merecían estar y estarán.
También es cierto que algunos que ahora piden primarias y satanizan el
consenso, no profirieron queja alguna cuando anteriormente fueron
escogidos por consenso y no por primarias. También hay quienes han sido
candidatos a diversos cargos electivos y excepcionalmente o nunca por
primarias, y ahora claman por ellas aunque no sean candidatos a nada,
excepto a la resurrección.
Cuesta creer que a pretexto del
método de selección y el supuesto descontento que ello habría generado,
tomados como elemento “legitimador”, estarían preparándose candidaturas
paralelas pretendidamente opositoras no para triunfar sino para dividir y
restar votos que impidan o dificulten el triunfo de los candidatos de
la unidad. Detrás de todo estarían recursos y compromisos con un
oficialismo que sabe que se juega la vida en las próximas
parlamentarias. Un advertencia final en Pascua Florida: las candidaturas
paralelas no triunfarán ni evitarán el triunfo.
Fuente: http://acciondemocratica.org.ve/adport/henry-ramos-allup-domingo-de-resurreccion/
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