Cuando uno oye a los más conspicuos capitostes del régimen venezolano defender la planificación central y arremeter contra la economía de mercado, dizque para conducirnos a la sociedad comunista, nos ratifica y atornilla en nuestro criterio, según el cual esa teoría, en boca de estos señores, no es más que una añagaza, un engaño para atrapar incautos.
Cuando
uno ve al mundo entero celebrar los 25 años del derrumbe del oprobioso
Muro de Berlín, provoca preguntarles a estos individuos si la noticia
que dio la vuelta al mundo el 9 de noviembre de 1989, ¿era informándonos
que los habitantes del “oprobioso Berlín occidental” se dieron cuenta
del horror capitalista y derrumbaron el muro para irse al “paraíso
comunista”?
Haciendo un poco de historia y continuando con el método de preguntas a los líderes de este “proceso”, los interrogamos: ¿sería que Mijaíl Gorbachov, persuadido de las bondades del sistema comunista, quiso mantener ese statu quo o sería más bien que, convencido de que no podía continuar una situación que había pasado del estancamiento al declive (cualquier parecido con nuestra realidad no es ninguna coincidencia), se dejó de bobadas y se montó en el carro de la historia, para con un ambicioso programa de reformas (Perstroika) abandonar aquel obsoleto sistema de desestímulo a la iniciativa privada y conculcador de libertades individuales?
Gorbachov abandonó la
planificación central y enrumbó a la URSS hacia la sociedad de mercado,
lo que fue profundizado por sus sucesores. Además, instauró la Glasnost
(transparencia) abandonando la represión del pensamiento y dando inicio a
la libertad de expresión.
Ese
ejemplo fue continuado por casi todos los regímenes comunistas del orbe,
con las únicas excepciones de los atrasadísimos gobiernos de Cuba,
Corea del Norte y Bielorrusia, pues hasta China y Vietnam mandaron a la
porra a ese comunismo conculcador de libertades, porque un régimen que
solamente otorga privilegios a una casta gobernante, con la promesa
futura e incierta de la utopía de la sociedad sin clases, fue un fiasco
histórico, un engaño monumental que todos los pueblos entendieron, menos
los de la excepción dolorosamente ya referida.
El
precedente “Gorbachov” fue inmediatamente imitado por las demás
“democracias populares” al este de Europa y así, en movimientos de masas
ascendentes, comenzó en 1988 la revuelta polaca que dio inicio al fin
de todas las dictaduras estalinistas y pro soviéticas de Europa del
este. El símbolo del fin del bloque soviético lo protagonizó, el año
siguiente e imitando a los polacos, el valeroso pueblo berlinés que en
masa derrumbó el oprobioso muro.
Dos
años después, el frustrado golpe de Estado protagonizado por la vieja
casta burocrática del Partido Comunista soviético (PCUS) contra
Gorbachov produjo su ilegalización y la salida a la palestra pública de
Boris Yeltzin, quien terminó lo que había comenzando aquel y sepultó
definitivamente el comunismo soviético; se inició así la nueva era que
no quiere entender el madurismo en el poder o, al menos, se hacen los
locos.
Así como el 9 de noviembre se
conmemora el derrumbe del Muro de Berlín, el 25 de diciembre también
debería ser fecha de celebración por los demócratas del mundo, pues en
esa fecha de 1991 Gorbachov dimitió como presidente de la URSS, la
bandera roja fue arriada en el Kremlin y se acabó el experimento
histórico que dejó millones de muertos en toda la faz de la tierra y se
dio inicio a una nueva era de democracia y libertad.
Democracia
que, sin dudas, tiene defectos, pero al decir de Churchill: “De hecho,
se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por
todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando”. Maduro:
una última pregunta, ¿estás probando otra?
El Nacional, 21/11/2014
http://www.el-nacional.com/antonio_ecarri_bolivar/Maduro-Pa-lado-cayo-muro_0_523147884.html#.VG8VxDydnj4.twitter
No hay comentarios:
Publicar un comentario