El 20 de
noviembre de 1975 fallece en España el general Francisco Franco y, con ello
empieza un proceso de transición regida por una Constitución que consagraba un
Estado social y democrático de derecho. La también llamada transición
democrática constituye la primera etapa del reinado de Juan Carlos I. Un
consejo de regencia asumió, transitoriamente las funciones de la jefatura del
Estado hasta el 22 de noviembre, fecha en la que fue proclamado rey ante las
cortes y el consejo del reino Juan Carlos I de Borbón, quien había sido
investido seis años antes por el general Franco como su sucesor a “título de
rey”.
La ruta
fue la elaboración de una nueva ley fundamental, una ley para la reforma
política que, no sin resistencias, fue al final sancionada por las cortes
franquistas y llevada a referéndum el 15 de diciembre de 1976. Como la
aprobación por el pueblo español, la ley se promulga el 4 de enero de 1977. De
esta forma se derogó tácitamente el franquismo en sólo cinco artículos y
una convocatoria a elecciones democráticas.
El PSOE
obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones generales de 1982, conquistando
202 de los 350 escaños, y comenzando así la II Legislatura de España, tras el
franquismo. Por primera vez desde las elecciones generales de 1936 la
socialdemocracia llega al gobierno. Tocó al PSOE y a Felipe González, al frente
del gobierno, negociar el ingreso de España a la Comunidad Europea.
La
“inteligencia” de los actores sociales y políticos, capaces de esperar y
aceptar, no sin presiones al gobierno por las reformas, fue un hecho
fundamental para el logro del objetivo: la vuelta a la democracia.
A pesar
del triunfo del franquismo y de los monarquistas en 1939, después de una encarnizada
guerra civil que dio al traste con la República, 36 años después, la misma
sociedad fue capaz de reencontrarse y transitar hacia una democracia plural y
más participativa que ha permitido expresarse a la hispanidad peninsular y de
las islas en su diversa gama de colores y tendencias. Aunque el fantasma de la
secesión pareciera cernirse sobre esa nación, tocará a una nueva generación de
líderes encontrar las respuestas a estos nuevos y viejos desafíos. Volvamos la
mirada a estos pueblos para iniciar un nuevo rumbo de nación en nuestra amada
Venezuela de cara al 2015 sin miserias humanas y agendas particulares… Es
inexplicable que algunos “vestidos de oposición” se permitan torpedear el
diálogo y el reencuentro que es la única salida para Venezuela… Sí España pudo…
¿por qué nosotros no lo intentamos?
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