viernes, 9 de enero de 2015

¿Cómo funciona el sistema electoral alemán?



En algunos puntos, el sistema electoral alemán es particular. Para muchos, un mecanismo de incomprensible funcionamiento. Aquí les presentamos algunas aclaraciones sobre cómo se vota en Alemania.
Primer voto - segundo voto

En las elecciones al Parlamento alemán, las papeletas están divididas en dos partes: a la izquierda se encuentra la casilla para el primer voto, a la derecha la correspondiente al segundo, que es el realmente decisivo.

El primer voto sirve para elegir a un diputado por distrito electoral. Alemania está dividida en 299 distritos electorales, cada uno de los cuales envía a un solo representante al Parlamento: aquel que obtiene la mayoría de las papeletas. Salvo en contadas ocasiones, casi todos estos llamados "mandatos directos" van a parar a alguno de los dos grandes partidos de masas, la Unión Cristianodemócrata (CDU) o el Partido Socialdemócrata (SPD). Quién se queda con el escaño se decide aquí por mayoría simple y no, como sucede por ejemplo en Francia, por mayoría absoluta, de manera que los votos obtenidos por los restantes candidatos se esfuman en la nada. La mayoría absoluta llevaría a que, en muchos casos, tuviera que celebrarse una segunda vuela electoral, como suele ser frecuente en los comicios galos.

Los ocupantes de la otra mitad de los 598 asientos que en total tiene el Bundestag, es decir, 299 más, se deciden por medio de listas electorales elaboradas en cada Estado federado. Estas listas aparecen en el lado derecho de la papeleta y componen las opciones para la emisión del segundo voto, el más relevante de los dos posibles. El segundo voto no está destinado a una persona en concreto, sino a un partido. Todos los segundos votos juntos determinan la fuerza que las diferentes formaciones políticas tendrán dentro del Parlamento.

En proporción a los segundos votos se establece el número de parlamentarios que obtendrá cada partido. A estos escaños, los "mandatos totales", se les restan los logrados gracias a los "mandatos directos" y sólo los asientos resultantes permanecen en posesión de la formación- de ahí que el voto verdaderamente importante sea éste y no el primero.

En el reparto de los 299 "mandatos totales", aquellos designados a partir del segundo voto, también influye la población de cada Land: por la victoria de un partido en Estados más poblados, como por ejemplo Renania del Norte-Westfalia, se otorgan más asientos que por la conseguida en otros con menos habitantes, como podría ser Bremen. De esta manera, el Bundestag refleja la estructura federal de Alemania.

Sistema electoral mixto - representación proporcional con excepciones Bildunterschrift: Puesto que el modelo alemán combina dos posibilidades, suele hablarse en este caso de un sistema electoral "personalista-proporcional". Un proceso basado exclusivamente en la elección directa de candidatos por distritos electorales, como el que utiliza Gran Bretaña, suele ser fuente de claras mayorías, pero deja a gran parte de los votos sin validez y los partidos nuevos o pequeños apenas cuentan con opciones. Una representación proporcional pura, como la que tuvo Alemania durante la República de Weimar (1919 - 1933), parece mucho más justa, pero implica la existencia de un sistema partidario fragmentado y lleva con frecuencia a la formación de gobiernos inestables.
En los comicios alemanes es de fundamental importancia que todos los votos reciban su correspondiente valor proporcional. Sin embargo, existen excepciones, como por ejemplo, la "cláusula del 5 por ciento": la puerta del Bundestag se abre sólo para los partidos que obtengan más del 5 por ciento del total de las papeletas- una norma que queda anulada si el partido en concreto, pese a no haber logrado superar ese límite, es la formación vencedora en al menos tres distritos electorales. En 1994, el Partido del Socialismo Democrático (PDS), hoy parte de La Izquierda, recaudó en los distritos del Berlín oriental cuatro "mandatos directos" y pasó a ocupar 30 escaños en el Parlamento (cuatro por los primeros votos y 26 por los segundos), a pesar de estar con el 4,4 por ciento por debajo del 5 por ciento de los votos totales.
Desconcierto
Muchos alemanes se sienten perdidos en su propio sistema electoral. Pese a la importancia del segundo voto, su nombre engaña y éste se percibe a menudo como uno de "segundo" rango.
También la excesiva focalización de las campañas en el candidato al puesto de canciller, sobre todo en el caso de CDU y SPD, puede inducir a error. No en pocas ocasiones, socialdemócratas y democratacristianos presentan a sus líderes sin siquiera nombrar al partido, y eso pese a que son las listas electorales partidarias las que realmente deciden qué formación gana las elecciones, y el nombre del jefe de Gobierno se decide casi siempre en las negociaciones con los socios de las habituales coaliciones.

Fuente: Deutsche Welle. Autor: Jochen Vock/ Luna Bolívar. Editora: Emilia Rojas

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