La ex rectora del CNE, Dra. Sobella Mejías expresó que
la oposición ha “ganado elecciones al Gobierno con Tibisay Lucena y Sandra
Oblitas en el Consejo Nacional Electoral, lo importante es que
construyamos una amplia mayoría para ganar la Asamblea Nacional y
comenzar el proceso de reinstitucionalización del país y devolverle a la
Constitución Nacional plena vigencia”.
Las declaraciones de Mejías, se produjeron al conocer
la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de ratificar a las rectoras Lucena
y Oblitas en la directiva del máximo organismo electoral y reconoció a Luis
Emilio Rondón, el tercer designado, como uno de los mejores técnicos en materia
electoral en el país, a quien ella designara cuando estuvo en la institución
como director de Partidos Políticos. También reconoció a Pablo Durán como
técnico serio y preparado.
En Lara hubo contundentes victorias como las del
gobernador Henry Falcón y los alcaldes de Iribarren, Alfredo Ramos, Palavecino
con José Barreras y Jiménez con José Martín, sólo hace falta la
participación unida de los factores democráticos. El CNE no puede ser bueno
cuando ganamos y malo cuando perdemos.
¿Quién gana con la desmovilización?
Con la desmovilización del electorado quien gana es el
Gobierno y por eso debemos construir una mayoría sólida en las
circunscripciones donde ganaron al variar su composición para favorecer su
votación. En 2010, con menos votos sacaron más diputados. La Mesa de la Unidad
Democrática obtuvo 5.628,488 votos, 52 por ciento de la votación y el Gobierno
5.399.390 y con una minoría, se adueñaron de la Asamblea Nacional y
esto lo tenemos que revertir, ganado ampliamente en esas
circunscripciones que en esa oportunidad los favoreció.
Las circunstancias son diferentes porque en esas
circunscripciones donde ganó el chavismo hoy reinan el desaliento, la
decepción, el escepticismo y la pobreza se ha recrudecido con un bolívar
pulverizado.
¿Cómo construir esa mayoría, cómo convocar al
electorado a la participación?
Tenemos que conectarnos con los sectores populares y
entrar en sintonía con el cúmulo de problemas que los aqueja, la inflación
galopante que les traga la platica, el desabastecimiento de alimentos y
medicinas, la inseguridad y su toque de queda cotidiano en las barriadas con
secuelas de muertes de jóvenes y el pésimo funcionamiento de los servicios
públicos, además de la crisis de salud que volvió incompetentes e ineficaces a
los hospitales y ambulatorios por deficientes políticas públicas que revivieron
males y enfermedades superadas tiempos atrás.
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