La genialidad es una cualidad del gentilicio venezolano. Hemos sido capaces
de “parir” en nuestra tierra, mujeres y hombres que fueron capaces de mostrar
una realidad y construir una historia que trastocó los tiempos que vivieron. Es
así que, cuando Castro hacia sus “primeros pininos” por Latinoamérica, ya un
gigante de la Venezuela del siglo XX, Rómulo Betancourt expresó: “Dígale a
Fidel Castro que cuando Venezuela necesito libertadores, no los importó, los
parió”. Es esta la historia de nuestra Patria, un construir de la nada una
ilusión de país y de continente.
Si nuestra Caracas no hubiera parido a Simón Bolívar y a Andrés Bello, no
tendríamos la unidad latinoamericana de la que gozamos.
Ciertamente, la
“Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos” permitió
a los latinoamericanos unificarnos en lengua castellana y en giros de la misma,
según el gentilicio de cada cual, en cada lugar. De igual manera, la Patria
Grande por la que luchó Bolívar, unió en la Gran Colombia, a naciones que en el
siglo XX formaríamos el Pacto Andino primero, hasta llegar a la Comunidad
Andina de Naciones (CAN), una reedición y “aggiornamiento” del pensamiento
bolivariano a las realidades políticas, sociales y económicas del pasado siglo.
Nuestra incorporación al MERCOSUR, con la necesaria salida de la CAN por parte
de Venezuela constituyó una incongruente decisión del finado Comandante quien
presidía una revolución bolivariana que se alejaba del primigenio planteamiento
del Libertador. Hasta del parlamento andino salimos, valga la digresión.
El remate, es una figura que nos lleva “al acabamiento total de algo”. En
este caso, sugerimos en nuestro título de esta semana la idea de “un remate de
país”. Algunos podrían pensar en “locos de remate”, que también refiere a la
totalidad de locura que puede consumir a cualquiera. Es posible que vivamos en
la vorágine de los tiempos modernos y que nos acerquemos a la decisión supina de
los pobladores de “Asia y el Lejano Oriente”, la obra teatral de Isaac Chocrón,
que nos relata la insuperable idea de unos pobladores que, a tenor de las
riquezas nacionales de un determinado país, deciden ponerle en venta a
fin de que la ganancia obtenida tras la “liquidación de la patria” sea
repartida entre todos y cada uno de sus nacionales… Ya en 1966, Chocrón preveía
cómo el populismo, las misiones, el desvalijamiento de la nación podían “poner
en venta a nuestra nación” pues cada particular, cada ciudadano podía, ante
aquélla inusitada riqueza nacional pedir, exigir, demandar le sea repartido en
vida, lo suyo, lo que le corresponde. Interesante idea y necesaria reflexión
para los tiempos que corren donde tantos sabotean la unidad y el diálogo que constituye
la única salida civilizada y ciudadana a la gravísima crisis de modelo y de
sociedad en que vivimos… cada quien, tiene la palabra…
Fuente: El Universal
@rafaelmartinezn
@proyecto_pais
Tomado de: -http://acciondemocratica.org.ve/adport/rafael-martinez-nestares-rematando-un-pais/#sthash.PVoTVHoT.dpuf
La
genialidad es una cualidad del gentilicio venezolano. Hemos sido
capaces de “parir” en nuestra tierra, mujeres y hombres que fueron
capaces de mostrar una realidad y construir una historia que trastocó
los tiempos que vivieron. Es así que, cuando Castro hacia sus “primeros
pininos” por Latinoamérica, ya un gigante de la Venezuela del siglo XX,
Rómulo Betancourt expresó: “Dígale a Fidel Castro que cuando Venezuela
necesito libertadores, no los importó, los parió”. Es esta la historia
de nuestra Patria, un construir de la nada una ilusión de país y de
continente.
Si nuestra Caracas no hubiera parido a
Simón Bolívar y a Andrés Bello, no tendríamos la unidad latinoamericana
de la que gozamos. Ciertamente, la “Gramática de la lengua castellana
destinada al uso de los americanos” permitió a los latinoamericanos
unificarnos en lengua castellana y en giros de la misma, según el
gentilicio de cada cual, en cada lugar. De igual manera, la Patria
Grande por la que luchó Bolívar, unió en la Gran Colombia, a naciones
que en el siglo XX formaríamos el Pacto Andino primero, hasta llegar a
la Comunidad Andina de Naciones (CAN), una reedición y “aggiornamiento”
del pensamiento bolivariano a las realidades políticas, sociales y
económicas del pasado siglo. Nuestra incorporación al MERCOSUR, con la
necesaria salida de la CAN por parte de Venezuela constituyó una
incongruente decisión del finado Comandante quien presidía una
revolución bolivariana que se alejaba del primigenio planteamiento del
Libertador. Hasta del parlamento andino salimos, valga la digresión.
El remate, es una figura que nos lleva
“al acabamiento total de algo”. En este caso, sugerimos en nuestro
título de esta semana la idea de “un remate de país”. Algunos podrían
pensar en “locos de remate”, que también refiere a la totalidad de
locura que puede consumir a cualquiera. Es posible que vivamos en la
vorágine de los tiempos modernos y que nos acerquemos a la decisión
supina de los pobladores de “Asia y el Lejano Oriente”, la obra teatral
de Isaac Chocrón, que nos relata la insuperable idea de unos pobladores
que, a tenor de las riquezas nacionales de un determinado país,
deciden ponerle en venta a fin de que la ganancia obtenida tras la
“liquidación de la patria” sea repartida entre todos y cada uno de sus
nacionales… Ya en 1966, Chocrón preveía cómo el populismo, las misiones,
el desvalijamiento de la nación podían “poner en venta a nuestra
nación” pues cada particular, cada ciudadano podía, ante aquélla
inusitada riqueza nacional pedir, exigir, demandar le sea repartido en
vida, lo suyo, lo que le corresponde. Interesante idea y necesaria
reflexión para los tiempos que corren donde tantos sabotean la unidad y
el diálogo que constituye la única salida civilizada y ciudadana a la
gravísima crisis de modelo y de sociedad en que vivimos… cada quien,
tiene la palabra…
Fuente: El Universal
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