Las dudas que me surgieron, sobre el planteamiento que hiciera
Leopoldo López a los socialdemócratas venezolanos, no han hecho sino
incrementarse y eso no me alegra en absoluto; por el contrario, me
preocupa enormemente habida cuenta que se perfilaba como una esperanza
que ahora veo a punto de desvanecer. Precisemos.
A las interrogantes que le plantee a Leopoldo, en la primera
oportunidad que tuve de responder a su inquietud, me respondió con mucha
altura y respeto, nobleza obliga, pero me confundió cuando se refirió a
dos temas centrales, al menos para AD, de la tradición progresista
venezolana: el petróleo y la educación.
En esa oportunidad, dio una explicación posterior que no me satisfizo, pero se lo atribuí a las pocas líneas que utilizó en su respuesta por requerimientos del periódico. Me dijo que estaba de acuerdo en que el petróleo debía seguir perteneciendo al Estado, pero que era necesario “democratizarlo”. Eso no lo explicó y en nueva respuesta mía le decía que ojalá esa “democratización” no fuese aquella vieja tesis reaccionaria, según la cual, debían venderse las acciones de PDVSA a los trabajadores, pues esa era el ardid de los agiotistas de siempre, buscando luego adquirirlas a precios viles, logrando así el cometido de privatizar la industria y arrebatársela de esta manera truculenta a todos los venezolanos.
En esa oportunidad, dio una explicación posterior que no me satisfizo, pero se lo atribuí a las pocas líneas que utilizó en su respuesta por requerimientos del periódico. Me dijo que estaba de acuerdo en que el petróleo debía seguir perteneciendo al Estado, pero que era necesario “democratizarlo”. Eso no lo explicó y en nueva respuesta mía le decía que ojalá esa “democratización” no fuese aquella vieja tesis reaccionaria, según la cual, debían venderse las acciones de PDVSA a los trabajadores, pues esa era el ardid de los agiotistas de siempre, buscando luego adquirirlas a precios viles, logrando así el cometido de privatizar la industria y arrebatársela de esta manera truculenta a todos los venezolanos.
El segundo tema central que me inquietaba y se lo manifesté al buen
amigo, fue el tocante a la educación y su necesaria orientación de
Estado, para que no sucumbiera la obra de los gobiernos democráticos que
lograron, con su masificación, crear la clase media más grande de
América latina. También me respondió con una evasiva. La educación,
Leopoldo, debe ser pública, gratuita y laica, pues es la forma de
cumplir las aspiraciones sociales mayoritarias de lograr un sistema
educativo en igualdad de oportunidades, cuya finalidad sea un país más
equitativo, con mayor bienestar y con una ciudadanía responsable. El
sistema educativo público venezolano diseñado por AD (Luis Beltrán
Prieto, Mercedes Fermín, JM Siso Martínez, Manuel Peñalver y un largo
etcétera de educadores nuestros) fue el gran igualador social, pues a
nuestras escuelas, liceos y universidades públicas asistían los hijos de
los ricos, al lado de los hijos del obrero y el campesino, al constatar
que allí se impartía la mejor educación. Eso, por supuesto, sin que
dejáramos de asistir a la educación privada y estimularla para que
cooperara en esta tarea forjadora de ciudadanos y recordaba los
subsidios generosos del Estado a instituciones como Fe y Alegría, la
Universidad Católica Andrés Bello etc. (nada que ver con este bodrio
“educativo”, estatista y absurdo, chavista of course).
El jueves pasado, el joven López me vuelve a sorprender ingratamente
cuando ahora se cambia la franela de la socialdemocracia por la de
¿”democracia social”? para condenar a la primera, de manera sorpresiva, a
una vejez esclerótica y, a la otra, embadurnarla con aires de juventud.
Lamento confesar que me parece un tremendo dislate. Eso es como si los
copeyanos me salieran con el cuento de que van a renovar el
socialcristianismo con una modernísima tesis de cristianismo social.
Dígame si los marxistas-leninistas aparecieran renovados y, entonces, se
autoproclamaran leninistas-marxistas de nuevo cuño o que los
nacionalsocialistas nos vinieran ahora con que son de izquierda porque
de ahora en adelante se autodenominan socialistas nacionales. O que
surgiera en Venezuela una nueva organización llamada Propiedad, Familia y
Tradición, muy progresista y de izquierda, para oponérsela a la ultra
reaccionaria y proto-fascista Tradición, Familia y Propiedad a la que le
atribuían sus primeros pasos políticos algunos ex compañeros de López.
Además, ¿habrá alguna democracia que no sea social? La verdad es que no
conozco ninguna democracia anti-democrática, ni ninguna democracia
oligárquica.
Ahora bien, ¿hay crisis en las tesis del Estado de Bienestar? Claro
que sí, es un debate que está dando, avant garde, toda la
socialdemocracia mundial y eso no es motivo para que le invirtamos los
nombres a nuestra manera de pensar. Por qué, en vez de banalizar este
debate que recién comienza, no nos proponemos debatir el contenido de
temas tan trascendentes como:
El de si ¿puede haber progreso social sin redistribución de la
riqueza?; el tema de la democracia participativa vs la representativa;
el de la educación pública, gratuita y laica; el tema de la
privatización de la industria petrolera; el de Federalismo vs
Centralismo; el del empleo decente o de calidad, según los parámetros de
la OIT vs el Sector Informal Urbano o buhonerismo; el tema del combate
contra la inseguridad y la delincuencia organizada; la globalización de
las finanzas, los capitales golondrinas y la nacionalización de la
banca o de cómo meter en cintura al capital especulativo financiero
internacional; la necesaria inversión estatal en ciencia y tecnología;
el reconocimiento de derechos y el respeto a la diversidad y a los
incapacitados; la lucha contra la corrupción como política de un Estado
transparente; los esfuerzos en el combate contra el cambio climático; la
necesaria ayuda del Estado a los Emprendedores . En fin, son muchos y
variados los temas serios y retos para actualizar a la socialdemocracia,
como para banalizarlos con cambios de nombre… ¡Por el amor de Dios!…
pero, ¡sigamos el debate!
PS: agradecería muy de veras que se abstuvieran de opinar, en este
debate, algunos pseudo intelectuales de un pasado adeco-camburero que
ahora pretenden convertirse, dijeran en Margarita, en unas especies de
“chaquespeares devenidos en Catones”. La próxima vez los mencionamos con
nombre, apellido y chambas que usufructuaron a la sombra del poder. En
AD tenemos memoria larga y corta para lo grande y lo bueno, pero como
dijera Rómulo: “abonamos y regamos con frecuencia el jardín de nuestros
pequeños resentimientos… para no olvidar a los traidores”.
Antonio Ecarri Bolívar
aecarrib@gmail.com@EcarriB
Tomado de: -http://www.notirapida.com/?p=8856
4 feb de 2014
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