INTERVENCION EN LA XXI
CONVENCION NACIONAL DE A.D., DONDE PROPONE UNA CONCERTACION NACIONAL
PARA HACER FRENTE A LA CRISIS DEL PAIS
Rómulo A. Betancourt
[Febrero de 1981]
Compañeras y compañeros: Esta es
la XXI Convención Nacional de Acción Democrática. Como otras veces,
hablando en casos similares, he recordado que esta cronología se ajusta a
la vida legal de Acción Democrática a partir de 1941. La primera
Convención Nacional de Acción Democrática se realizó en noviembre de
1939, en una casa de Catia, en la clandestinidad, hace ya 41 años. Allí
se aprobó la tesis de PDN que, con variantes ajustadas a los cambios de
los tiempos, es la tesis de AD. Y se fijó el rumbo que nos ha conducido a
través de una dilatada travesía, y aquel puñado de hombres y dispersos
en Venezuela, perseguidos de la policía política, llegó a forjar este
partido, donde militan millones de hombres y mujeres, con el cual
simpatiza y ha puesto su fe una vasta porción del pueblo de Venezuela.
Esta Convención se reúne en momentos que no son fáciles para el mundo, para América Latina, ni siquiera para Venezuela. Estamos en una situación mundial de confrontación agudizada entre las grandes potencias, muy similar a la que condujo a los largos años de la guerra fría, siempre bajo la expectativa amenazante de la catástrofe nuclear, de la guerra total. En América Latina son mayoría en el mapa político las dictaduras, unas de perfil fascistoide y otras, como la Cubana, marxista leninista. Y en Venezuela estamos viviendo, como lo ha dicho Gonzalo Barrios, quien me precedió en el uso de la palabra, “un momento de crisis”. Disfrutamos de una de las grandes conquistas básicas, lograda mediante la cooperación de muchos venezolanos, pero fundamentalmente, esencialmente, por la actividad de Acción Democrática. Gozamos de libertades públicas, de libertad de organización, de libertad de expresión hablada y escrita. Pero el país está viviendo, paradójicamente, teniendo el estado los mayores ingresos fiscales de toda su historia, muchas veces más de lo que tenía cuando se inició el proceso democrático de 1959, una crisis “económica'. Los detalles de esa crisis los conocen ustedes, porque todos los venezolanos “los viven en carne propia”.
Hay
desocupación, restricción económica. En 1980, por primera vez en muchos
años en la historia de Venezuela, estuvo estancada la economía. Pero
hay “algo peor”, con ser tan grave esta crisis económica, que es una
falta de fe que se ha extendido por todo el país. Una falta de confianza
en el régimen democrático; y en el sector privado de la economía una
actitud de manos cruzadas. No invierten, y no invierten porque no tienen
fe en el sistema de gobierno que existe en el país.
Oyendo
a Manuelito Peñalver ayer, cuando decía que esta reunión nuestra iba a
tener sólo un marcado carácter electoralista interno, como de gente
reunida en su propio cubículo, viéndose las caras unos a otros, y que
era necesario que se hiciera una reunión para enfrentar los grandes
problemas venezolanos y ofrecer soluciones constructivas, se me ocurrió
que pueda salir de esta misma Convención, una reunión del Comité
Directivo Nacional que estudie documentos elaborados previamente por una
comisión designada por el nuevo CEN, para enfocar tres o cuatro
problemas básicos para el país. Tenemos el problema básico de que si no
se modifica el consumo de la gasolina y otros derivados del petróleo
mediante las alzas del precio de la gasolina y otras medidas, dentro de
unos años, y no del año 2000 sino antes, Venezuela estará consumiendo
más de dos millones de barriles de los dos millones setecientos mil que
exporta. Esos dos millones de barriles de petróleo se venden en
Venezuela al precio, en cifras redondas, de 50 bolívares, cuando el
precio de venta en el exterior es de 150. Y entonces llegará un momento
que no habrá dinero, divisas, para alimentar el 75 por ciento del
presupuesto, porque nacionalizamos el petróleo, pero seguimos
dependiendo, como de un hilo, de ese petróleo e importamos el 60 por
ciento de lo que consumimos en bienes, alimentos y servicios que se
pagan también con divisa-petróleo.
Tenemos
el problema de la Educación. Desde su base en la primaria hasta la
superior es un absoluto fracaso. Tenemos el problema que hay más de 400
mil burócratas que son reposantes, que no tienen ninguna ubicación
dentro del trabajo creador. Tenemos unos problemas, que difícilmente
puede afrontarlos un gobierno unicolor, un gobierno unipartidista. Puede
llegar el momento en que nosotros, no pensando en términos electorales
si vamos o no a ganar las elecciones del 83, si no en términos
venezolanos, planteamos la necesidad de un gobierno de concentración
nacional en el cual estén representados los dos partidos de mayor
auditorio en la nación, representantes del sector eco¬nómico privado y
representantes de la C.T.V. Sólo un gobierno con esa fuerza puede ser
capaz de enfrentar los problemas fundamentales que tiene Venezuela y que
están allí, mientras que el país político se dedica al tiroteo
verbalista, gobierno y oposición, atiborrando la pantalla chica de la TV
y las páginas de los periódicos con un contrapunteo verbalista, vacío y
hasta me atrevo a decir antipatriótico ante la realidad que vive
Venezuela.
Yo no estoy
planteando una tesis para despertar mucho entusiasmo, sin juzgar a
Casandra, sin usar palabras apocalípticas, estoy usando informaciones
que me vienen y que he confirmado leyendo de un informe
ultraconfidencial hecho por representantes del actual gobierno, fechado
en el mes de agosto de 1948, redactado por los representantes de los
Ministerios de Hacienda, de Minas e Hidrocarburos, de Cordiplan, de
Agricultura.
Yo simplemente
lanzo aquí, a la consideración de la Asamblea y a través de este
micrófono a todo el país, porque esto no es una reunión secreta, porque
aquí están los micrófonos de todas las televisaras, lanzo este problema a
la consideración de los venezolanos. Lo lanzo con humildad, lo lanzo
sin creer que estoy convertido en un mago sobrenatural sino como un
venezolano que sigue con su preocupación constante por Venezuela.
Esta
preocupación no se compagina para algunos, inclusive para algunos
compañeros de partido, con el hecho de que yo no haga vida activa
partidista, de que no esté aceptando invitaciones de las seccionales
para visitarlas, de que no concurra a reuniones de CEN. Es que yo
conscientemente, porque siempre he sido dueño de mi propio destino, he
ido retirándome de la actividad polí¬tica militante. Dentro de dos días
cumpliré 53 años de lucha pública por Venezuela, y la inicié no entre
almohadones acolchados sino con un par de nobles grillos en una
ergástula de Juan Vicente Gómez. Voy retirándome de la política como me
retiré de la candidatura a la Presidencia de la República, porque creo
que los organismos colectivos deben renovarse con el aporte de nuevas
generaciones. Pero a los hombres de las nuevas generaciones les digo que
no es credencial sólo exhibir el almanaque. El liderazgo político se
obtiene mediante una acción desvelada, constante, sin desmayo, sin
pausa, a favor de un pueblo y de una causa.
Ahora estará abierto el debate interpartido por la candidatura presidencial.
Quiero
ser un poco más preciso que Gonzalo Barrios. Creemos que debe
establecerse una fecha fija en que se inicie la campaña electoral por la
candidatura. Que no siga el espectáculo de un partido político que a
tres años de las elecciones ya tiene por docenas los candidatos. Todos
los compañeros tienen aptitud y posibilidad, de acuerdo con nuestros
estatutos, sobre todo posibilidad, para ser candidato a la Presidencia
de la República. Pero que se vaya a la calle, a hablar con la gente, a
exponer los problemas del país, a contribuir con su ejemplo a que las
nuevas generaciones, un poco obnubiladas porque ya la vida les resulta
más fácil, entiendan sus deberes con Venezuela. Pero que sea rígida la
disposición que se adopte, que quien se lance a candidato antes de la
fecha fijada por esta convención sea pasado al Tribunal Disciplinario.
Concluyo
ya, compañeros y compañeras, con mis mejores votos porque esta
Convención se realice dentro de un fraternal ambiente
acción-democratista.
ROMULO A. BETANCOURT
Tomado de: -http://constitucionweb.blogspot.com/2010/07/intervecion-de-betancourt-enla-xxi.html
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