Conversando con una amiga llegó un momento en el que le pregunté si sabía de Guasina. La respuesta fue un no. En
Venezuela solemos decir prohibido olvidar y es que cuando repetimos
mucho algo, tal vez sea por miedo a que suceda. Pues si; podemos decir,
que los venezolanos hemos olvidado que existió un campo de concentración
que el dictador Marcos Pérez Jiménez, tenía en Guasina, una isla del
Delta del Orinoco.
Esta isla se encuentra entre los caños Boca Grande al
norte y Sacupana del Remanso al sur, a unos 75 Km. por los caños, desde
San Rafael de Barrancas.
Varios venezolanos escribieron sobre este campo de concentración, para que no lo olvidáramos, entre ellos José Vicente Abreu, Juvenal Romero y Simón Ferrer Arévalo, quienes estuvieron en Guasina, Sacupana del Cerro, Cárcel de Ciudad Bolívar y otras de las tantas que utilizó la dictadura para secuestrar a venezolanos y extranjeros.
Varios venezolanos escribieron sobre este campo de concentración, para que no lo olvidáramos, entre ellos José Vicente Abreu, Juvenal Romero y Simón Ferrer Arévalo, quienes estuvieron en Guasina, Sacupana del Cerro, Cárcel de Ciudad Bolívar y otras de las tantas que utilizó la dictadura para secuestrar a venezolanos y extranjeros.
La descripción de Guasina por quienes estuvieron allí, es tenebrosa; Simón Ferrer Arévalo la describe así:
“Situado
en pleno Delta del Orinoco, en el corazón de la selva venezolana,
bañada por los caños de Boca Grande, al Norte, y Sacupana del Remanso,
al Sur, la isla de Guasina, es quizás, uno de los lugares de la tierra
más hostiles a la vida humana. Ubicada a muy pocos metros de altura
sobre el nivel normal del Orinoco, su territorio —desprovisto en
absoluto de las necesarias defensas— es casi completamente inundado por
las aguas desbordadas del río cada vez que éste crece, las cuales, al
volver a su cauce, lo hacen dejando toda el área convertida en una
gigantesca ciénega, en un inmenso criadero de larvas. El clima es
canicular, oscilando de continuo entre los 38° y 40° C. a la sombra.
Las vías de comunicación casi no existen, pues el único medio de
contacto con el exterior lo constituyen las contadas barcazas que muy
de vez en vez suelen recalar en sus costas. Las endemias, epidemias y
enfermedades en general, son allí un azote permanente para el hombre.”
¡Prohibido olvidar! ¿Qué importancia tiene no olvidar? ¿Cuál es el
miedo a olvidar? Sencillo es; ¡la historia puede repetirse una vez más!
Acaso no es nuevamente “justificado el temor”, a que quienes detentan
las armas y ahora adoctrinan a los miembros de nuestras fuerzas armadas,
quieran permanecer en el poder indefinidamente.
El cinismo con que el actual gobierno de Venezuela se hace llamar
bolivariano, se hace evidente, solo con leer el discurso de Simón
Bolívar ante El Congreso de Angostura, discurso este que recomiendo sea
leído en su totalidad y de manera pausada.
En el encontramos cosas como esta:
“La
continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha
sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones
son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder.
El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de
donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la
garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer
con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho
tiempo, los mande perpetuamente.”
He puesto en negritas algo que llama a reflexión. Y que les parece esta otra:
“Mi opinión es, legisladores, que el principio fundamental de nuestro
sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y
practicada en Venezuela. Que los hombres nacen todos con derechos
iguales a los bienes de la sociedad, está sancionado por la pluralidad
de los sabios; como también lo está que no todos los hombres nacen
igualmente aptos a la obtención de todos los rangos; pues todos deben
practicar la virtud y no todos la practican; todos deben ser valerosos, y
todos no lo son; todos deben poseer talentos, y todos no lo poseen. De
aquí viene la distinción efectiva que se observa entre los individuos de
la sociedad más liberalmente establecida. Si el principio de la
igualdad política es generalmente reconocido, no lo es menos el de la
desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los hombres desiguales,
en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las leyes corrigen esta
diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la
educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den
una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social. Es una
inspiración eminentemente benéfica, la reunión de todas las clases en un
estado, en que la diversidad se multiplicaba en razón de la propagación
de la especie. Por este solo paso se ha arrancado de raíz la cruel
discordia. ¡Cuántos celos, rivalidades y odios se han evitado!”
Ahora
bien: ¿Les parece que el rumbo que lleva Venezuela, gracias a este
gobierno que se hace llamar bolivariano, tenga algún parecido con el
pensamiento del Libertador? Para que no les quede ninguna duda, léanse
la totalidad de este discurso, en el cual considero se encuentra
presente lo que Simón Bolívar deseó para América Hispana.
Foto: Plaza de los mártires en honor a los guasineros en Sacupana del Cerro
Tomado de: -http://islaguasina.blogspot.com/
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