Fragmento del discurso
del diputado Luis Aquiles Moreno,
Subsecretario General Nacional de Acciòn Democràtica,
en la Sesiòn Especial del Concejo Municipal de Baruta,
en honor al 73 aniversario de AD,
el martes, 30/09/2014
Subsecretario General Nacional de Acciòn Democràtica,
en la Sesiòn Especial del Concejo Municipal de Baruta,
en honor al 73 aniversario de AD,
el martes, 30/09/2014
El trienio adeco, como se le llama, le
sucedió el «tiempo del desprecio», la sombría época de la dictadura
que comenzó el 24 de noviembre de 1948 y fue derrocada por la acción
coincidente de pueblo y Fuerzas Armadas el 23 de enero de 1958. Fueron tiempos
duros donde hombres como Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevali, Antonio
Pinto Salinas, Luis Troconis Guerrero, Luis Hurtado, Castor Nieves Ríos;
Germán González y muchos otros, quienes prefirieron la muerte en el campo de la lucha
contra la dictadura, que ver a Venezuela privada de su libertad. Ninguno se
entregó a la administración de los tribunales de la dictadura. Ninguno negocio
no ir al campo de concentración de la isla de Guasina, en el delta del rio
Orinoco, zona infernal que fue cerrado gracias a la presión internacional;
ninguno, repito, negoció no ir a Guasina, aceptando un centro carcelario en
poblado de mejor clima, de esos a los que van enfermos a curarse los males
respiratorios. Ningún adeco se entregó a la Seguridad Nacional, policía política
del dictador Marcos Pérez Jiménez, la cual se dedicó a perseguir,
encarcelar, torturar e incluso asesinar a quienes sospechaba eran opositores.
Su primera sede funcionó en la segunda avenida de Los Samanes con cruce a la
avenida principal de El Paraíso. Luego se mudaría a la avenida México, donde se
encontraba el Hotel Caracas Hilton, hoy Alba Caracas.
Hombres de la brillantez de Antonio Pinto Salinas, merideño, estudiante de teología, capturado en Pariaguan y asesinado en la localidad llamada la Cueva del Tigre, cerca de San Juan de los Morros, estado Guárico; Alberto Carnevalli, merideño, doctor en ciencias política, capturado por los esbirros de la dictadura el 8 de mayo de 1951, es enviado a la Cárcel Modelo, lugar del que se evade tras ser trasladado al Puesto de Socorro de la esquina de Salas, en Caracas, el día 27 de julio de 1951, en una exitosa operación adelantada por dirigentes del partido en la que participa el médico Jaime Lusinchi, en la cual la resistencia adeca le propina un duro golpe propagandístico al aparato represivo dictatorial. No solo no se entregaban, sino buscaban escapar. Ejerciendo la secretaria general del partido en la clandestinidad, tras el asesinato de Leonardo Ruiz Pineda, es recapturado el 18 de enero de 1953 por los esbirros y enviado a la penitenciaría de San Juan de los Morros, sitio de reclusión donde muere el 6 de abril de 1953. Valmore Rodríguez, falconiano, autodidacta, dirige periódicos en su juventud y es encerrado en el Castillo de San Carlos, en Maracaibo a raíz de los suceso de 1928, hasta el año de 1930. Muere en el exilio en 1955, el mismo año en que fallece Andrés Eloy Blanco en el exilio mexicano; el teniente León Droz Blanco, los capitanes del Ejército, Wilfrido Omaña y Jesús Alberto Blanco; entre otros, se suman a la larga lista de víctimas de la dictadura.
Leonardo Ruiz Pineda fue uno de los más
importantes líderes de la resistencia. Abogado, fundador de AD. Siguiendo
estudios de derecho en la UCV, creó La
Voz del Estudiante, periódico que sería clausurado por el gobierno de
Eleazar López Contreras. Militó en el Partido Democrático Nacional, formando
parte del grupo que Rómulo Betancourt llamaría "La Generación
Tanque". El 21 de octubre de 1952, al dirigirse a una reunión fue
interceptado en San Agustín, en Caracas, por los esbirros de la SN y tiroteado
el carro donde se trasladaba. Ya muerto, en el piso, sus asesinos le colocaron
una botella de licor en las manos, para simular que era un indigente.
El número exacto de fallecidos a manos del
régimen se desconoce, se señala que la cifra de presos políticos llegó a 3.000
personas.
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