miércoles, 1 de octubre de 2014

Mario Buffone: El Mito de Marcos Pérez Jiménez

Los alcances de la gestión llevada a cabo por el general Marcos Pérez Jiménez (02/12/1952 al 23/01/1958) ocupan según sus defensores un sitial de honor en cuanto al desarrollo nacional. Se dice que “nadie ha hecho más que PJ” e incluso que las obras construidas en el sistema democrático ya habían sido planificadas durante ese régimen. Existe la intención de crear nostalgia colectiva por un gobierno que desconoció su propia constitución (1953) al perpetuarse a sí mismo con el plebiscito de 1957 y negar los mínimos derechos humanos a sus adversarios, para quienes destinó exilios, torturas y asesinatos, justificando tales atrocidades a través de la construcción de una infraestructura que sus partidarios dicen ser la más grande de la historia venezolana.
La realidad es muy distinta. La violación a los derechos humanos no debe ser objeto de apología y además la inmensa mayoría de obras de alcance social que ejecutó la dictadura estaban previstas y muchas de ellas comenzadas durante el Trienio Adeco (1945-1948). Ejemplos de esto lo constituyen el Plan Nacional de Hospitales (1946), el Plan Nacional de Vialidad (1947) y el Plan Nacional de Irrigación (1948), entre otros. Una excepción fue la Ciudad Universitaria de Caracas, decretada en 1944 por el gobierno de Isaías Medina Angarita, pero igualmente planificada antes de PJ. Obras puestas en servicio en ese período como los hospitales de Barquisimeto, Periférico de Coche, Porlamar, Ciudad Bolívar, San Cristóbal y Valera, ya estaban en construcción al inicio del régimen en 1952; las autopistas Caracas - La Guaira, del Este, Valle - Coche, Regional del Centro (tramo Valencia - Las Tejerías) y el embalse de Calabozo habían sido diseñados antes de PJ e incluso la mayoría iniciados también. La Ciudad Universitaria de Caracas fue desarrollada entre 1944 y 1970 principalmente, eso quiere decir que PJ contribuyó con la construcción de algunos edificios importantes, como el Aula Magna, pero el conjunto fue edificado también antes y después su gobierno. Se deben incluir en las obras culminadas (no planificadas ni empezadas) muchas más, entre ellas el Centro Simón Bolívar de Caracas. La dictadura no proyectó nada dentro una visión de conjunto, aunque sí se dedicó a llevar a cabo obras previstas en los planes antes citados, lo cual sería su punto a favor. En este sentido, es falso que obras clave como el Metro de Caracas hayan sido concebidas en ese tiempo y quizá la confusión se deba a que se hicieron los bocetos de un tren elevado para la capital denominado “Aerobús”, concretamente la ruta El Silencio - Bello Monte, que nunca se construyó. La mayoría de esas obras fueron realizadas en Caracas y las capitales de los estados, herencia ésta que atentó contra los posteriores gobiernos democráticos ya que contribuyó a desequilibrar las condiciones de vida entre las ciudades más pobladas y los pueblos y zonas rurales al crear un patrón de desarrollo que impulsó aun más la emigración hacia las principales aglomeraciones urbanas del país en los años posteriores a 1957, fenómeno que es conveniente recordar había comenzado con la explotación petrolera en la dictadura gomecista. Ahora bien, existen obras propias de la dictadura que no forman parte de la planificación anterior, pero las mismas son principalmente de recreación y embellecimiento, verbigracia, los hoteles Moruco, Bella Vista, Humboldt, Maracay y la Ciudad Vacacional de Los Caracas. Esta última obra merece una mención aparte porque antes de PJ se había destinado a una colonia de leprosos y el régimen militar le cambió el uso perjudicando con ello a muchos enfermos. Otras obras incluidas en el mismo renglón de recreación y embellecimiento son: el Círculo Militar de Maracay, el Paseo de Los Próceres, el Teleférico del Ávila, el Hipódromo de La Rinconada y el Teleférico de Mérida, estos dos últimos culminados por el gobierno constitucional de Rómulo Betancourt. Vale la pena preguntarse si esas obras de recreación y embellecimiento merecen que se les dé un sitial preponderante en cuanto al desarrollo del país se refiere, tal como lo sostienen los partidarios de la dictadura. Otra creencia extendida es el supuesto nacionalismo del general PJ, algo que queda desmentido con la entrega en concesión de más de 800.000 hectáreas de las mejores tierras a las trasnacionales petroleras entre 1956 y 1957. Es importante complementar y analizar con mayor precisión los alcances del período de PJ, lo cual se hará en una próxima entrega a través de la publicación de datos generales de ejecución de obras.
Una de las características más extendidas entre los venezolanos es que juzgamos gestiones públicas con ejemplos individuales para argumentar ideas a favor o en contra de las mismas, en lugar de hacerlo con una visión integral. El gobierno de Marcos Pérez Jiménez (02/12/1952 al 23/01/1958) puso en servicio una serie de obras de gran tamaño, ninguna de ellas planificada durante su período gubernamental y la mayoría comenzadas antes de su llegada al poder. La espectacularidad de muchas de esas construcciones confunde la razón y genera la impresión de ser un régimen progresista, todo ello apoyado con la publicidad de un aparato propagandista del cual la dictadura hizo uso masivo. Ahora bien, cuando se analizan los números totales se cae en cuenta que aquella primera impresión no es la correcta. Unos cuantos ejemplos nos demostrarán la verdad. En materia de transporte se hace alarde de la inauguración de la autopista Caracas - La Guaira y la Autopista Regional del Centro (tramo Valencia – Las Tejerías), pero en total el gobierno de PJ construyó 2947,7 kms de carreteras asfaltadas, esa cifra lo coloca en CUARTO lugar después de Betancourt (6956 kms), CAP II (6228,7 kms) y Leoni (4254,2 kms). Otra falsa creencia es la supuesta gran construcción de viviendas de PJ, dado el desarrollo de urbanismos como 23 de Enero, Simón Rodríguez y Lomas de Urdaneta, cuando por todo se edificaron 24970 viviendas; si comparamos esa cifra con las 33892 del gobierno siguiente de Betancourt, por cierto, el quinquenio democrático donde se construyeron menos viviendas, PJ se queda corto y más aun con la gestión que posee el mayor registro en este indicador como fue la de Jaime Lusinchi con 314251. Para dar por sentado que el mandato militar invirtió muchos recursos en materia educacional se argumenta la inauguración de la Ciudad Universitaria de Caracas, lo cual es una exageración pues en esa época sólo se puso en servicio el Aula Magna y algunos otros edificios del referido conjunto, sin embargo, el incremento total en planteles educativos fue de apenas 503 escuelas y liceos durante la dictadura; el gobierno de Betancourt elevó la cifra en 3838 planteles y el primer gobierno de CAP la elevó en 5398 unidades, datos estos que no dejan duda de la escasa preocupación del régimen militar por la educación en nuestro país. Muchos de sus partidarios sostienen que “Cuando PJ se podía dormir con la puerta abierta”, en alusión a la seguridad ciudadana existente, empero, al estudiar la cifra de asesinatos se encuentran algunos puntos dignos de razonamiento, por ejemplo, durante el quinquenio perezjimenista la tasa promedio anual de homicidios fue de 7,4 casos por cada 100000 habitantes, cifra que no varió considerablemente en los 30 años siguientes (1959-1988), pues el promedio fue de 8,9 casos por cada 100000 habitantes en ese lapso, dentro del cual el primer gobierno del presidente Caldera ostenta la tasa más baja (incluso que la de PJ), con 7,3 casos por cada 100000 habitantes. La inmigración de muchos europeos en los años 50 (entre ellos mi padre y mis familiares paternos) da pie a los partidarios de PJ para afirmar que la sola presencia del dictador animó a los emigrantes a venir a esta tierra. Lo que sucedió realmente es que Europa estaba destruida por la Segunda Guerra Mundial y la recuperación posterior fue muy difícil y generó grandes necesidades y desempleo, provocando la salida de muchos ciudadanos del Viejo Continente a varios países del mundo. A Venezuela vinieron por la riqueza creada por el petróleo, que nada tiene que ver con el dictador, sino con la naturaleza; además la inmigración europea comenzó ANTES de PJ, varias historias de familiares y amigos lo confirman. En total 276010 ciudadanos ingresaron al país en el quinquenio perezjimenista, menos que los 326667, mayormente latinoamericanos, que inmigraron bajo el primer gobierno de CAP. Por último, un grave problema que debieron asumir los gobiernos democráticos fue la enorme deuda pública, producto de la falta de pago del régimen militar de muchas de las obras y servicios que contrató, eso creó un aumento de los compromisos de la nación al pasar de 177 millones de bolívares en 1952 a 4574 millones de bolívares a finales de 1957 (equivalente a 19% del producto nacional bruto), de los cuales más de 3000 millones eran por no cancelar a contratistas y proveedores muchas de esas obras que usan para hacerle propaganda a la dictadura. A esta deuda específicamente se le llamó “deuda flotante” y debió ser cancelada por el gobierno provisional de 1958 y los primeros gobiernos democráticos. En conclusión, la democracia terminó pagando muchas de la obras de PJ. Es necesario el debate en todo caso, pero con menos emotividad y más datos objetivos. 

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