Antes del año 1946 los sistemas de abastecimiento de agua potable eran precarios, casi inexistentes. Otro punto a destacar, era la despreocupación por proteger las cuencas, realizando la captación del líquido mayoritariamente por canales abiertos, no había tratamiento por lo que no era garantizada su potabilidad y la distribución era limitada, dejando inmensas zonas de clases medias y pobres sin el servicio.
Antes
de llegar Rómulo Betancourt al Gobierno, en 1945, solamente Antonio Guzmán
Blanco había hecho un esfuerzo en Caracas por construir un acueducto que comprendía
una toma en el río Macarao y por medio de una red de conductos y puentes, se
lleva el agua hasta un depósito en El Calvario. Para la época, esta construcción
de 46 km
era importante y surtía a las casas principales y a las fuentes publicas.
El
Gobierno de Eleazar López Contreras, según la Memoria y Cuenta del año
1941, menciona la construcción de 52 acueductos, de los cuales 27 estaban en
proceso.
Pero
todo aquello era poco para atender las necesidades de la población. Estas
construcciones adolecían, por lo general, de criterios científicos en su
diseño.
En
1946 se impulsa el desarrollo del Instituto Nacional de Obras Sanitarias,
creado en 1943 más como un ente financiero destinado a movilizar recursos al
gobierno y dedicarlos al sector acueductos y cloacas. Se definió que el INOS cubriría
las poblaciones mayores de 2.500 habitantes, dejando a las de menor población a
la División
de Ingeniería Sanitaria del Ministerios de Sanidad y Asistencia Social.
Un
punto que salto a la vista es que la inversión financiera en materia de
acueductos, cloacas y drenajes era absorbida por las ciudades, obviando a las
poblaciones menores de 5.000 habitantes. Uno de los planteamientos centrales
fue la construcción de plantas de tratamientos, ya que no se consideraba
completo un acueducto si no tenía el sistema de purificación del líquido.
El
avance fue de tal magnitud, que para finales de 1948 el INOS administraba 23
importantes acueductos. Durante la dictadura se construyeron nuevos acueductos,
llegando a la cantidad de 56 bajo la administración del Instituto. Con el
retorno a la democracia no solo aumentan las edificaciones, sino que los
existentes se mejoran y amplían. Para 1963 la población atendida pasaba los
2.500.000 de habitantes y 1.500.000 servidos por sistemas de cloacas, algo
realmente revolucionario.
Toco
a los Gobiernos de Betancourt y Leoni cumplir con el Acuerdo de las Naciones
Unidas suscritos en Punta del Este, Uruguay, de dotar de agua potable y
alcantarillado al 70% de la población urbana. Esa meta fue superada con creces
y, además, en diciembre de 1967 entro en Servicio el Sistemas Tuy I, el cual,
aunado al Embalse de Lagartijo, en los Valles del Tuy, venían a atender las
necesidades de Caracas. El 26 de enero de 1968 se inaugura el Sistema Tuy II,
En
1974, en el Gobierno de Carlos Andrés Pérez, la Comisión del Plan
Nacional de Aprovechamiento de Aguas elabora un proyecto de Ley de Aguas que,
entre otros puntos, establece que las aguas son de dominio público, liberando a
importantes sectores de la población de abusos por parte de algunos
especuladores del preciado liquido.
El
INOS tiene un gran impulso durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez y su misión
de conservación de las cuencas, se refuerza con la creación, en 1977, del
Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARN). Pero
otro paso importante fue la desconcentración del INOS, dejando a este organismo
la construcción de las grandes obras y a las empresas regionales, con
participación de los municipios, la administración de las redes locales. La
descentralización es un aspecto central de la doctrina de Acción Democrática.
Al
finalizar el Gobierno de Carlos Andrés Pérez, en 1979, se atendía más de 9
millones de venezolanos que representaba más del 80% del país. Durante los
gobiernos de Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez II, se trabaja con énfasis
con una meta clara: para el año 2000 debe tener el 90% de la población servicio
de agua potable, el 80% de aguas servidas y el 70% de servicio y tratamiento de
aguas negras y disposición final, esto ultimo de vital importancia para
preservar las cuencas que venían y se siguen utilizando como cloacas a cielo
abierto.
La
obra en materia de acueductos, cloacas y tratamiento de aguas negras hecha por
los gobiernos de Acción Democrática es insuperable. En la Isla de Margarita la obra de
infraestructura más importante construida en toda su historia: el acueducto
submarino que puso término a siglos de sed, inaugurado por Rómulo Betancourt. Solo
la desidia y la ineptitud han permitido que se pierda por falta de
mantenimiento y, a titulo de ejemplo, construcciones como el sistema de tratamiento
de aguas servidas de Punta Gorda, en el Litoral del estado Vargas, que tiene
por finalidad verter aguas residuales tratadas al mar y preservar para el uso y
disfrute de los venezolanos de playas limpias, sin la contaminación que hoy
exhiben, están prácticamente inutilizadas.
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