domingo, 17 de agosto de 2014

José Ramón Medina: Rómulo Gallegos, literato



...«El mundo de Gallegos es el de una historia inconclusa perpetuamente postergada por el crimen. Es también el mundo de las respuestas imaginables a esa barbarie»...
Escritor venezolano, n. en 02/10/1884 y m. en 05/04/1969. Novelista, cuentista y ensayista, educador y maestro, tuvo destacada actuación política en su país, alcanzando la Presidencia de la República en 1947. Fue derrocado por un golpe militar y vivió en el exilio hasta 1958.
La publicación en Barcelona (España) de su novela Doña Bárbara (1929), una obra considerada fundamental dentro de la literatura hispanoamericana, logró el reconocimiento universal del autor, para luego ser traducida a innumerables idiomas.
Esta obra forma parte importante del grupo que integran los novelistas de la tierra, donde figuran escritores reconocidos como Ricardo Güiraldes, José Eustasio Rivera y Alcides Arguedas.
Gallegos había iniciado su hacer con algunos cuentos recogidos en el volumen Los aventureros (1913), continuará con La rebelión (1922), que años más tarde se reeditará con otros materiales similares, hasta Cuentos venezolanos (1949), El último patriota (1957) y Sus mejores cuentos (1959).
El campo novelístico comprende -además de Doña Bárbara- inicialmente El último Solar (1920), La trepadora (1925), Cantaclaro (1934), Canaima, (1935), Pobre negro, El forastero, Sobre la misma tierra (1943) y La brizna de paja en el viento (1952). Luego de su muerte se editó Tierra bajo los pies (1971).
La sencillez poemática que impone en Doña Bárbara, la importancia descriptiva de las costumbres rurales, la fuerza que obtiene del paisaje se conjugan con el dramatismo de sus protagonistas, verdaderos modelos que viven y se comunican con el lector. El simbolismo que logra la figura de la mujer «devoradora de hombres» es paralelo a la sabana con sus características sorpresivas de encantamiento, misterio o violencia. Es un juego que confronta la barbarie contrapuesta a la civilización ciudadana, justificando su fuerza narrativa al dar enfrentados los protagonistas-símbolos en medio de una naturaleza que estará cumpliendo los recuadros del contexto descriptivo.
Gallegos logra afirmar a través de sus obras una concisa regionalización venezolana, ambientándose sobre los llanos en Doña Bárbara y en Cantaclaro. En ella «el anillo de espejismos que circunda la sabana se ha puesto a girar sobre el eje del vértigo», dicho con las palabras del autor. «La naturaleza -sostiene el crítico Juan Liscano - jugará sus espejos deformantes y ellos reflejarán la fábula, los espantos, el prodigio». La selva junto al río Orinoco en Canaima, es muestrario de un telurismo envolvente de fábulas y espacios míticos.
“La selva es una fascinación, como el mar. El hombre se hunde en ese verdor asfixiante como si quisiera regresar al útero materno, para nacer de nuevo y ser un nuevo Adán. Tal es la aventura insólita de Marcos Vargas. Tal es la selva para él. Tal es su secreto esfuerzo, su agonía. Medirse con la naturaleza, en un rescate inmenso de sí mismo; descubrir su estatura prometeica; ser el Fundador (Liscano: La geografía..., 18-19)”.
En Pobre negro, la zona barloventeña promueve un juego al confrontar castas y sangres; mientras en Sobre la misma tierra se habla de los paisajes goajiros, donde los personajes estarán comprometidos por sus rasgos sanguíneos y el rigor existencial del medio circundante.
Orlando Araujo sostiene que la obra de Gallegos «nace como una necesidad expresiva del hombre ante el espectáculo del mundo y de sí mismo, inspirada en un tema sentido y vivido y no en uno convencional o impuesto, realizada con imaginación creadora más que con las excelencias de la técnica o con los rigores de la lógica. Perdurable, ejemplar y bella, con la inmarcesible belleza del arte verdaderos.
Para Carlos Fuentes, Canaima es un repertorio de la naturaleza. «El mundo de Gallegos es el de una historia inconclusa perpetuamente postergada por el crimen. Es también el mundo de las respuestas imaginables a esa barbarie».
La historia conmueve por las aventuras del personaje que, incorporado en la ficción, se confronta como verídico con fuerza real y perturbadora. Escrita con una prosa llena de sugerencias, su mundo irá renovándose para reflejar, envuelto en abismos mágicos, una historia de planos y tiempos dispares que termina en un mito de eterno retorno que brinda expectativas y la «sensación integral de sí mismo» (Fuentes: Relectura, 371-372).
El cantador de coplas, el errabundo personaje llanero centraliza en Cantaclaro la reconstrucción de un ambiente nacional con realismo literario y podría considerarse una secuencia donde permanece el paisaje de la tierra abierta y tendida que había procesado en Doña Bárbara con anterioridad, complementando la participación dentro del cuadro literario. La posición galleguiana en Cantaclaro mostrará la lucha contra el latifundismo y la inconformidad que le manifestara personalmente el pueblo mismo durante sus giras por el país.
Gallegos ha pretendido realizar, y lo ha conseguido con una magnífica perspectiva creadora, la descripción del complejo de la existencia venezolana, en la dualidad de hombre y ambiente, por lo que no es aventurado significar que una de las características que con más relieve destaca en su obra es la función sociológica de su novelística. Un verdadero testimonio de los sentimientos del hombre, lucha constante contra el medio físico, expresión violenta y majestuosa de la naturaleza venezolana, he aquí los ejes fundamentales de la obra novelística galleguiana. Obra que es uno de los más legítimos orgullos de la literatura contemporánea del país, expone una corriente que partiendo de una narración simbólica dentro de planos realistas, irá corrigiendo su pensamiento hasta lograr incorporar un tratamiento poético y musical como creación de posibilidades que siguen perdurando en su hacer creador.
Bibliografia: José Ramón Medina. Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina. Monte Ávila editores. Biblioteca Ayacucho. 1995

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