lunes, 8 de septiembre de 2014

A Leonardo Ruiz Pineda le sobraba hombría

Los esbirros del dictador Marcos Pérez Jiménez acribillaron al joven político el 21 de octubre de 1952
A 62 años de su asesinato, ocurrido el 21 de octubre de 1952, el nombre de Leonardo Ruiz Pineda lo llevan urbanizaciones y barrios en toda Venezuela, como homenaje al coraje con el que dio la pelea a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y a sus esbirros torturadores.
Leonardo vivo era un soldado invisible. Leonardo muerto es un soldado invencible”, dijo el poeta Andrés Eloy Blanco, tras el homicidio de Ruiz Pineda quien fue abogado, escritor, periodista y doctor en ciencias políticas, pero, sobre todo, se destacó como luchador por los derechos humanos y por la justicia social.
Fundador del partido Acción Democrática (AD), del cual fue secretario general, se le conoció como uno de los máximos dirigentes de la resistencia, entre 1949 y 1952.



En esa época de clandestinidad, se dedicó a desenmascarar al régimen, mediante la investigación y la denuncia de las violaciones a los derechos humanos. También puso en evidencia la corrupción administrativa. Plasmó ese trabajo en el “Libro Negro de la Dictadura”, de cuya edición y confección se encargó personalmente. “Este libro es un fragmento de negra historia venezolana, testimonio de conmoción violenta de la república; escrito en un alto de la batalla entre la nación que reclama libertades, y la camarilla que usurpó su soberanía”, señaló en el prólogo de la obra.

Incontables textos dan cuenta del coraje de Ruiz Pineda quien, pese a la persecución contra él y sus compañeros de partido, no abandonaba su empeño para que en el país imperaran la democracia, la justicia y la libertad. El día que lo asesinaron se dirigía a una reunión con otros dirigentes de AD para hacer un llamado nacional a la abstención en unas elecciones amañadas que el dictador pautó para legitimarse el 30 de noviembre de 1952. Cuando iba por San Agustín del Sur, en Caracas, pasadas las 8 pm, fue emboscado por esbirros de la Seguridad Nacional (policía del régimen) que lo mataron a tiros.
¡Ah Leonardo Ruiz Pineda compañero ¡Noble hermano¡
cómo me duelen las manos de buscar entre su sangre,más allá de mis entrañas, a mí pueblo torturado”. 
Alberto Ravell

Según analistas, la muerte de Ruiz Pineda, lejos de darle al tirano la paz que soñaba, se convirtió en su peor tormento, pues ese episodio marcó el endurecimiento de las acciones de quienes luchaban en la clandestinidad y, además, generó descontento en el pueblo que reconocía el liderazgo del joven político. Seis años más tarde, en 1958, Marcos Pérez Jiménez fue derrocado. 


Nota: El texto original se refiere a 61 años de su asesinato

Tomado de Ultimas Noticias 21/10/2013

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